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lunes, 2 de julio de 2012

¡Qué viva Sandro! ¡Qué viva!


 
{Entran en escena una mujer de edad indefinida y su abuela centenaria. Las dos están muy bien vestidas, de fiesta, con brillos y sombreros. La anciana se maneja con un bastón, camina con cierta dificultad y lento. Va del brazo de su nieta. Se les acerca una acomodadora que mezcla algunos términos en francés torpemente}.

Nieta: - Abuela, despacio, Sandro no se va a ir. Te está esperando.
Abuela: - Sí, pero no quiero llegar tarde, no quiero llegar tarde. Quiero que me cumpla el sueño.
Nieta: - Te lo va a cumplir, abuela, no te preocupés. Hoy es tu cumple, yo ya hablé con la producción, te va a dedicar unos temas, después te va a saludar…
Acomodadora: - Bon nuit, madames, pasen por aquí s´il vou plait. Sus ubicaciones ¿cuáles son?
Nieta: - Buenas noches, mire tenemos las 156 y 157, pero mi abuela cumple hoy 100 años, ¿no podría ubicarnos más adelante?
Acomodadora: - No puedo, tengo que respetar las ubicaciones, está todo vendido, madame.
Nieta: - Por favor, mire a mi abuela, un esfuerzo terrible hizo para venir a verlo, acomódenos más adelante, desde acá no puede apreciar nada.
Acomodadora: - Bueno, un poquito más adelante entonces. Por acá creo que hay lugar.
{Caminan hacia el lugar que les indica la acomodadora. La abuela insiste con querer estar cerca de Sandro. Se pasan de la mesa que les toca, insisten con ir hacia delante ante el disgusto de la señorita. Claramente quieren sacar ventaja. Finalmente, la convencen y se sientan en primera fila}.
Abuela: - ¿Sandro sale ahora? ¿Cuándo sale?
Nieta: - Ahora sale, abuela, no seas impaciente. Se está preparando, es una estrella del espectáculo.
Acomodadora: - Acá tienen una silla mejor para la abuela {se la acerca de un modo brusco}.
Nieta: - Vos no estás muy ducha en esto, acercásela un poco, así inclinada, un poco más {tironean con la acomodadora de la silla. La abuela balbucea cosas ininteligibles y mira las luces y el escenario deslumbrada}.
Abuela: - ¿Qué quiere esta chica? Que le diga a Sandro que estoy acá.
Nieta: - Nada abuela, quiere propina, anda atrás de la propina.
Abuela: - Señorita, digále a Sandro que está Josefina Flores esperándolo.
Nieta: - Abuela, esperá, esperá, él se está preparando, va a cantar unas canciones y después te va a ver a vos.
Abuela: {a los gritos} – No, no, no aguanto, yo quiero verlo ahora, ahora quiero verlo. Josefina Flores, él se acuerda de mí, cuando nos vimos en el Spléndid, yo le llevé una cadena con una medalla en forma de corazón, de oro era la cadena, en el Spléndid, él no pudo olvidarse de esa noche, no pudo.
Nieta: - Tranquila abuela, que te va a hacer mal, no te agités. Te canta unas canciones y después lo vemos. Ahí parece que va a salir.
Abuela: - Ahora quiero verlo, ahora. Hacé algo, decíle a la acomodadora que se haga una corrida al camarín y le diga que Josefina Flores está acá. Dale unos pesos que yo no tengo cambio chico.
Nieta: - Paciencia abuela, ya viene, ya sabe que es tu cumpleaños, que cumplís 100 años hoy. Hay que esperar, es una estrella del espectáculo, tarda, mirá toda la gente que hay, está lleno, este lugar explota.
Abuela: - Que vaya, que vaya y le diga. Que le avise al camerino que yo estoy acá esperándolo.
Nieta: - Señorita, puede avisarle que está mi abuela acá {La mira con complicidad y le da un billete}.
Acomodadora: - ¿Cómo? Je ne comprenez pas, no entiendo, madame. Ahora va a estar el show pero no hay nada planeado sobre un cumpleaños ni nada parecido…
Nieta: - Por favor, andá y decíle {la empuja como para que se retire del lugar}.
Acomodadora: - El que viene es un muy buen imita…
{La nieta la patea e impide que siga hablando, le hace una seña evidente para que se vaya mientras consuela a su abuela}.
Acomodadora: - Sandro está muerto {lo dice con solemnidad mirando al frente}.
Nieta: - Calláte tarada.
Abuela: - ¿Qué dice esta muchacha? ¿¡Qué dice?!
Nieta: ­- Nada abuela, no le des bolilla. Mirá abuela, ahí sale, ahí sale, seguí el reflector, ¿lo ves?
Abuela: - ¡Dios mío! ¡Sandro! ¡Sandro! ¡Sandro! {Se incorpora de un salto y grita desaforada, parece rejuvenecer de repente} Acá estoy, acá estoy, mirá para acá. Sandro: ¡cumplíme el sueño!!!

Fin.